Y como se nos condenaba a centrarnos exclusivamente en la realidad, tuvimos una explosión de sensualidad y poesía...
"Los homosexuales escribían como si fueran mujeres, los tímidos hablaban de orgías, y las frígidas de frenéticas hazañas. Los más poéticos se permitían tratar de auténtica bestialidad, y los más puros, de perversiones. Estábamos obsesionados por los maravillosos relatos que no podíamos contar (...)".
Anaïs Nin - Delta de Venus (1941)
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